Almoharín
El término municipal está flanqueado al este por el curso del Río Búrdalo, (típico río mediterráneo, con algún caudal de otoño a primavera, pero prácticamente seco en verano estiaje), es un afluente directo del Guadiana; al sur por las amplias vegas de este último, así como algo al suroeste las sierras de Don José y La Parrilla, formaciones menores éstas, dependientes de las primeras estribaciones orientales de la formación montañosa central extremeña conocida como Sierras de San Pedro.
Al oeste la meseta adehesada de Arroyomolinos de Montanchez, así como más al noroeste por la sierra de Montánchez (cercana a los 1000 m), y al norte por la Sierra de San Cristóbal (856 m) y Cancho Blanco (940 aprox) más conocida ésta última, en la localidad como la Sierra de la Zarza.
En cuanto a la flora, las zonas de monte son del característico bajo monte mediterráneo, alternando con terrenos típicamente adehesados, sin ser demasiado amplias estas últimas.
Almoharín sin duda alguna es conocido por el cultivo de higuera y con ello el archiconocido bombón de higo.
Durante la dominación musulmana, esta plaza fuerte se consolida y los vestigios de una población creciente existen, puesto que el propio topónimo actual es de origen árabe, más concretamente de la época de las invasiones de los Almorávides (siglo XI), es cuando se asentó definitivamente el núcleo de población del que realmente data la localidad.
Almoharín fue ganado a los musulmanes por las Tropas del Rey Alfonso IX de León durante el primer tercio del Siglo XIII (1223-1230). Otorgando la encomienda de la población a la Orden de Santiago, posteriormente también formó parte del Señorío de Medellín y más tarde del de Montánchez. En 1598 el pueblo, previo pago, “compra” el título de Villa, “independizándose” en cierta manera de pagar tributos al Señorío de Montánchez, sólo dependiendo desde entonces de las maltrechas cuentas del Rey, por entonces Felipe II, quien concede el beneficio. Acto del cual se levanta acta conservándose actualmente en un documento conocido popularmente como el libro del Becerro.