PR-BA 129 Los Molinos

Descripción

Salimos del pueblo por un antiguo camino flanqueado por muros de piedra que conduce a "La Era", lugar donde antiguamente se trillaban los cereales con el fin de separar el grano de la paja. Nos circundan parcelas con olivos y encinas y en la propia calleja además de algunas zarzas y escobas nos encontramos con un aromático mirto digno de mención por su gran porte. Aquí son frecuentes las tórtolas turcas, los gorriones y estorninos y el mochuelo.

Al salir de la calleja seguiremos de frente, en dirección sur, atravesando el Arroyo Vallehondo, siguiendo la Colada de Majadal Alto. El paisaje que nos rodea es dehesa de encina salpicada de berrocales graníticos y una gran diversidad de herbáceas que muestran su máximo esplendor en primavera.

Son muchas y variadas las aves que nos acompañan como rabilargos, alcaudón común, abubilla, verderón, jilguero, etc. También abunda aquí el conejo.

El camino pasa junto a una cantera de granito que es sobrevolada habitualmente por gran cantidad de vencejos, golondrinas y aviones, incluido el avión roquero. Asomándonos a su interior desde la barrera formada por enormes tacos de piedra, veremos una pequeña charca que atrae a diversas especies de aves como carriceros, chorlitejo chico y lavandera blanca. El roquero solitario se deja ver en lo alto de los bloques graníticos y bajo un túnel fabricado con piezas del mismo material se encuentra un nido de golondrina dáurica elaborado con barro y reconocible por disponer de un túnel de acceso a la cámara de cría. Las escombreras de la cantera cubiertas de tierra son un espléndido refugio para los conejos pero también para el mochuelo.

Enlazamos con la Colada del Espartal, que seguimos a la derecha en dirección oeste. La dehesa es sobrevolada por rapaces como el águila culebrera, águila calzada, milanos negros o reales, ratoneros, elanio azul, buitre leonado y negro, etc.

Tras pasar una casa vamos descendiendo suavemente, cruzamos un arroyo y luego la carretera.

Continuaremos por la Colada del Molino de Valbuena, paralela al Arroyo del Toril. El arroyo presenta una mágica belleza favorecida por los enormes berrocales graníticos cubiertos de musgo entre los que se precipita el agua y rodeados por fresnos, sauces, grandes alcornoques, adelfas, majuelos y madreselvas, entre otros. Asimismo, proporciona refugio a una gran variedad de aves que nos dejan escuchar su canto durante el recorrido; currucas, herrerillos, carboneros, chochines, petirrojos, ruiseñores y agateadores son sólo algunas de ellas.

Cuando llegamos a un cruce de caminos podemos tomar el de la izquierda para acercarnos a un observatorio ornitológico con vistas a la desembocadura del Arroyo del Toril en el río Zapatón que forma una ensenada abierta, de aguas relativamente tranquilas y en las que se pueden observar especies como el ánade azulón, el zampullín chico, la gallineta, el martín pescador o la lavandera blanca y tomando el sol en las rocas numerosos galápagos leprosos.

Tras la visita al observatorio volvemos al cruce anterior y tomamos el camino de la derecha que nos permitirá continuar en dirección norte paralelos al río Zapatón.

A nuestra izquierda prevalece la vegetación típica de ribera mientras que a la derecha se extiende la dehesa de modo que podremos disfrutar de la riqueza faunística y botánica propia de estas zonas de transito. Ejemplo de ello son: currucas, rabilargos, arrendajos, abubillas, abejarucos, ruiseñores, alcaudones, tarabillas, totovías, cogujadas, bisbitas, estorninos negros, zorzales, trepadores azules y agateadores.

En un momento dado surge un camino a nuestra derecha, debemos tomarlo cruzando un

Paso canadiense, e inmediatamente encontramos un cruce en forma de “Y”, cogeremos el de la izquierda que nos conducirá hasta el Arroyo de La Molinilla que habrá que atravesar.

Pasamos junto a la depuradora de agua y luego giramos a la izquierda para volver de nuevo

al Río Zapatón donde se encuentra el Molino "De Caní".

Continuaremos por el camino paralelo al río hasta llegar a un azud conocido como "La

Pesquera" donde se ha creado una interesante zona húmeda con abundante carrizo y en la que podremos observar especies como garza real, martinete, garceta común, ánade azulón, carriceros, gallineta, rascón, fochas, Martín pescador, pico de coral, etc.

Una vez disfrutado de este enclave continuaremos siguiendo el cauce del río en dirección norte hasta llegar a la Ermita de Nuestra Señora de la Ribera, patrona de Villar del Rey.

La Ruta regresa a la localidad por la carretera EX214, con un recorrido de kilómetro y medio aproximadamente, pero si se quiere evitar la misma se puede retroceder por el camino que hemos venido hasta el Molino “De Caní” y tomar el camino que se adentra en la dehesa en dirección este, el cual nos conducirá hasta el pueblo.

Observaciones

Tipo de recorrido: Circular; longitud: 10.3 km.; MIDE: 1-1-1-2