Recurso

Conjunto de Hornos de Magacela

Detalles

Nombre
Conjunto de Hornos de Magacela
Tipología
Etnológicos - Hornos
Provincia
Badajoz
Comarca
La Serena
Municipio
Magacela
Fuente
Ayuntamiento de Magacela

Descripción

El conjunto de hornos tradicionales de Magacela incluye veintiún ejemplares, de los cuales una parte se dedicaba a la cocción de tejas y otros a la obtención de cal. Estas cifras nos muestran que estamos ante uno de los conjuntos más importantes de arquitectura industrial tradicional de toda la península ibérica, pudiéndose otorgar al complejo la categoría de “excepcional” legado antropológico y etnográfico. Son estos hornos un testimonio vivo de nuestras raíces más ancestrales, recuerdos en piedra de profesiones artesanales ya perdidas.

Los tres hornos que estuvieron dedicados a la producción de cerámica se sitúan cerca del dolmen y la laguna de “Los Santos”; los restantes de cal están más dispersos, con excepción de

los quince que se hallan en el paraje de “Las Caleras”, en dirección a Campanario.

Los hornos caleros y los de teja comparten características constructivas idénticas y alguna diferencia menor. Se construyeron con la misma técnica, forma y materiales vernáculos, añadiéndose algún elemento nuevo, como el hierro y el hormigón, en reformas posteriores y más cercanas en el tiempo. Es importante destacar la ausencia del interés estético, percibiéndose siempre una tendencia e inclinación hacia lo funcional y lo práctico.

La construcción de estos elementos se limita a una caldera cilíndrica o cámara de combustión –caldera- en la que se abre una boca o entrada, protegida por un pórtico o portal en su frente, y flanqueada por estribos laterales. Todo el vaso de la caldera se entierra con un túmulo de tierra por la parte posterior, de ahí la función de los contrafuertes frontales, que contrarrestan la fuerza ejercida desde atrás. Este montón de tierra tiene una triple función: aislante, protectora y conservadora del calor. En el interior de la cámara de combustión, en su parte inferior, a la altura de la base de la puerta o algo más abajo, se construía un poyo saliente alrededor de toda ella. Aquí empezaba la primera hilada de la bóveda de piedra caliza, llenándose toda la caldera salvo el hueco destinado a la leña usada como combustible. Una vez cerrada la bóveda hasta la cabeza del vaso, se iniciaba la cocción para producir la cal, durando hasta tres días dependiendo del material de combustión y capacidad del horno.

La caldera casi siempre suele erigirse de piedra granítica debido a la resistencia de este material al calor. os llamados “calerines” la presentan forrada de ladrillo refractario, acorde con los requisitos funcionales que arrancan desde el siglo XIX por usar carbón para la combustión en lugar de leña, de tradición ancestral. Para las cámaras de combustión de los hornos de teja también se recurrió al ladrillo.

Los respiraderos se situaban entre medio metro a un metro y medio de la entrada del horno. Por ellos entraba el aire a través de dos fogones –agujeros- en la zona inferior de la caldera u hogar. Además de tomar el aire, por estos elementos se sacaba también con un gancho las cenizas de la combustión o la escoria de la paja, llamada “moco”.

La cámara de combustión de los hornos destinados a la cocción de teja y ladrillo se dividía en dos alturas por una arquería de ladrillo a modo de enrejado, sirviendo de soporte donde se colocaban los moldeados de barro. Dos troneras a los lados de la boca hacían de respiraderos cuando se quemaba paja. Estas son básicamente las únicas diferencias estructurales respecto a los de cal.

La industria de cal en Magacela pervive hasta finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo XX, abandonándose la producción por la irrupción de los nuevos materiales de construcción, como el cemento, y la reducción del beneficio económico de esta industria artesanal.

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