Dolmen Juan Ron o Juan Rol
Descripción
Con este nombre, “Juan Ron I”, aparece en toda la bibliografía existente, incluso en la carta arqueológica de Extremadura. No obstante su denominación es una deformación del nombre correcto de la finca, que es Juan Rol.
El dolmen se manifiesta como una cámara muy cerrada con corredor, y aunque no conocemos su diámetro tumular, podemos sospechar que debía ser mayor a los casi 8 metros del desarrollo total del monumento. En la excavación realizada en julio de 1997 reveló un corredor desarrollado del que aún se conserva alguna pieza de cobertura que en la restauración se colocó en su lugar. Todo el monumento se ha construido en pizarra, pero las dimensiones son sensiblemente mayores a las mencionadas en el dolmen cercano de Maimón II.
La cámara tiene 2,30 metros de diámetro por 1,50 metros de altura, mientras que el corredor tiene 5 metros de desarrollo y 0,90 metros de altura máxima. Algunos ortostatos mantienen algunos grabados semiesféricos de cazoletas e incisiones muy finas.
La cámara había sido violada de antiguo, lo que explica la situación forzada de algunos de sus ortostatos. Aún así, próximo al nivel original se pudo documentar varias puntas de flecha, una gran placa con cabeza destacada y decoración de fajas de triángulos rellenos, y algunas cuentas de collar.
La ocupación más reciente del dolmen correspondería a la cultura campaniforme, civilización prehistórica de principios de la Edad del Bronce datada entre el 2200 a. C. y el 1900 a. C. Los responsables de esta utilización dejaron su huella en el sector del corredor más próximo a la cámara con una piedra colocada transversalmente al decurso del mismo, con la idea probablemente de delimitar una especie de megalito funerario individual. En este lugar se localizó un cuenco, un vaso y una lámina metálica, es decir un ajuar campaniforme clásico, con la particularidad de que los vasos estaban exentos de decoración.
Además con las excavaciones aparecieron en todo el suelo del corredor, vasos completos, hachas pulimentadas, cuentas de collar, colgantes y algunas puntas de flecha. Parte de todo este material apareció literalmente incrustado en las cazoletas, lo que ratifica la contemporaneidad de los materiales y la decoración.
