Oliva de Plasencia
En esta localidad de pasado romano, como atestiguan las numerosas inscripciones y restos distribuidos por la población, destacan la iglesia renacentista de San Blas, de sillería granítica y mampostería, con un retablo de barroco del siglo XVIII, y el palacio de los condes de Oliva, del siglo XVII. En agosto se celebran las fiestas del emigrante, que congregan a los vecinos que un día se fueron del pueblo. Oliva se encuentra situada en la depresión de los ríos Ambroz-Alagón, rodeada de dehesas, olivares y bosque mediterráneo. A 5 kilómetros, en la dehesa de Casa Blanca, se ubican las ruinas de Cáparra, una de las colonias romanas más importantes de la Lusitania, mencionada por Ptolomeo, Plinio y el emperador Antonino. Su posición, en un alto con un fértil valle a los pies, la convirtió en un importante enclave atravesado por la calzada de la Plata. Hoy de la urbe sólo queda en pie un arco honorífico del siglo II —una bóveda sostenida por cuatro arcos abiertos— restos del anfiteatro y del templo de Júpiter, una villa y una pared del foro. Cerca hay un puente romano del siglo I. El Centro de Interpretación nos ayudará a comprender mejor su ilustre pasado. Se dice que aquí vinieron a predicar el Evangelio el Apóstol Santiago el Mayor y San Pablo.